Significativo apunte del periodista Gómez Maza en recuerdo de su hermano Gilberto, quien no sólo fue connotado médico sino respetado luchador social.
Por: Fracisco Gómez Maza
El doctor mantenía en su jardín una Águila Real enjaulada. De esas águilas que he visto volar en las alturas de la Sierra Madre chiapaneca, donde están los cafetales de la familia. La he visto y me impresiona su libertad, me confesó un día el pediatra, Me impresionan su fuerza, su determinación, su afán de volar solas, no necesitan nada ni a nadie. Es una ave más noble que muchos seres humanos. Generosa, cuidadosa, siento que me quiere, agregó el buen doc. Pero la tengo enjaulada, agregó. Y esto es inhumano. Ahora he decidido soltarla, abrirle la enorme puerta de la gran jaula donde está encerrada para que sea libre, para que vuele a las alturas donde debe vivir una águila. No tengo ningún derecho de cortarle las alas. Ella debe volar y anidar y procrear en donde ella quiera, en el risco más encumbrado de las montañas, ahí debe vivir y ser feliz, muy feliz. Me va a doler pero así debe ser: el Águila nació para volar en las inmensidades del cielo, para posarse en los riscos más elevados. Ella se lo merece. Con todo, mi hermano me confesó: Es duro el desapego.
(Publicado originalmente en su mural de Facebook, el 7 de enero de 2016).
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